El calor mezclado con la actividad física, los paseos al aire libre, excursiones de largas horas, someten a nuestro cuerpo condiciones a las cuales no está acostumbrado.
Parece que en vacaciones queremos hacer todo lo que no hicimos durante el año: por eso necesitamos una hidratación responsable.
En condiciones de temperaturas extremas o actividad física muy intensa, el organismo pierde de dos a cinco mililitros por minuto. Los expertos recomiendan beber unos 500 mL de agua, dos horas antes de una actividad intensa bajo el sol. Se considera que un adulto de 60 kg requiere dos litros por día y un niño de 10 kg necesita un litro.
Normalmente, la sensación de sed nos conduce a ingerir líquidos que nos permitan recuperar el equilibrio hídrico. En las personas mayores, el centro que regula el mecanismo de la sed deja de ser tan efectivo, por lo que es necesario recordarles continuamente que tomen líquidos.
También hay quienes, a fuerza de no atender el reflejo de la sed, someten a su cuerpo a un estado de deshidratación permanente que puede provocar numerosos trastornos.
Cuando se bebe suficiente líquido se obtienen muchos beneficios para la salud: la función de los riñones mejora, produciendo más cantidad de orina y más clara. Los riñones limpian mejor la sangre de sustancias de desecho y las eliminan con mayor facilidad.
¿Cómo saber si estamos bien hidratados?
Debemos observar el aspecto de la orina.
Un color amarillo pálido indica una hidratación adecuada, mientras que orinar, en pequeña cantidad y con un color amarillo dorado o intenso y olor fuerte advierte de que no estamos cubriendo los requerimientos de líquidos.
Practiquemos deportes al aire libre, disfrutemos del verano con una hidratación adecuada.