Con estos primeros esbozos de otoño, temperaturas más bajas y unas gotitas de lluvia, mi espíritu amasador despertó y para inaugurarlo en casa hicimos lehmeyún. Esta especie de empanada abierta resultó un éxito, súper sabrosa y tentadora. Aprovechando los ingredientes, las pocas ganas de salir y la temperatura que dejaba prender el horno sin sufrir un choque de calor, nos pusimos manos a la obra y encaramos con placer una hermosa tarea familiar: el almuerzo.
Les dejo la receta. Sólo hay que ponerle ganas al amasado, ya que el relleno es muy simple.
Para la masa (salen unos 10):
-Medio kg de harina
-1 Cda. sopera de levadura seca
-Media taza de leche tibia
-Media taza de agua tibia
-4 Cdas. de Aceite de oliva Monte Cudine
-Sal
Pongan la harina en la mesada, junto con la sal. En un hueco del medio le agregan la levadura, leche, una cdta de azúcar; revuelven, ponen las cucharadas de aceite y de a poco van tomando la masa con el agua, como cuando hacemos masa de pizza. Una vez que tienen la masa tomada, amasamos y amasamos hasta lograr una masa tierna y suave. La dejamos leudar en un lugar templado sin corrientes y tapada con un repasador o con film dentro de un bowl hasta que doble su tamaño. Mientras tanto, hacemos el relleno.
Para el relleno, tradicionalmente usaríamos carne de cordero. En casa teníamos carne de vaca picada (puede ser cortada a cuchillo o la carne picada común).
A medio kg de carne le vamos a agregar: una cebolla cortada chiquita y cruda, ajo a gusto (seco o fresco), sal, una cucharada de Condimento Verde Monte Cudine, Ají seco, 1/4 taza de salsa de tomates o mejor aún, salsa y tomate triturado sin piel, bastante perejil fresco picado y un buen puñado de menta fresca picadita. Aquí es cuando agradezco mis plantitas de hierbas en casa, llenas de generosidad.
Mezclamos bien todos los ingredientes y reservamos.
Por otro lado vamos prendiendo el horno, formando diez bollitos con nuestra masa ya leudada y poniendo un poco de harina en una asadera para horno.
Estiramos los bollitos de masa, como pizzetas individuales, y por encima ponemos nuestro maravilloso relleno de carne cubriendo toda la superficie de la masa, menos el borde. A mi me gusta amasarlas bien finitas, quedan súper crocantes y se cocinan rápido de modo que la carne no se reseca.
Las llevamos al horno caliente por 10 minutos aproximadamente, las sacamos cuando estén doraditas y las comemos enseguida, con un poco de jugo de limón y si se animan, una buena ensaladita de pepinos, rúcula y hierbas encima. La frescura que le aporta es perfecta y el almuerzo más completo.
¿Quién se anima?