La papa, ese maravilloso regalo de nuestra tierra americana, es sin duda uno de los alimentos más versátiles, querido y deliciosamente hogareño que tenemos a nuestra dispocisión. Existen cientos de maneras distintas de prepararla: como acompañamiento, plato, sopa, snack y hasta dulce. La papa tiene mil caras y más de 1200 variedades, pero es para mí sin duda la papa frita quien se lleva los laureles.
Así que hoy, rindiendo homenaje a tan noble compañera, les dejo unos buenos tips para preparar deliciosas y crujientes papas fritas caseras.
- Primero debemos elegir la papa. Yo prefiero las blancas para hacer papas fritas. Que estén duras, no verdes y si es posible que no sean las más nuevas.
- Las lavamos bien, con cepillo si las vamos a dejar con cáscara, y las cortamos en bastones regulares, para que se cocinen parejo.
- Este paso es fundamental: enjuagamos bien nuestros bastones y los dejamos remojar en agua fría un rato, unas horas o hasta las podemos guardar para el otro día en la heladera. Esto va a hacer que pierdan el exceso de almidón, que de otra manera haría que nuestras papas no queden tan crujientes ni bien doradas.
- Luego las escurrimos y secamos a conciencia, para que no nos salte el aceite después.
- Les vamos a dar dos cocciones, una primera con el aceite no muy caliente (a unos 130150°C) y otra con el aceite fuerte (180°C). Para darnos cuenta, tiramos un pedacito de pan en el aceite: si queda en el fondo, entonces está para la primera tanda; si sube enseguida está para la tanda de aceite fuerte y si se dora enseguida, está demasiado caliente.
Para hacer buenas frituras es necesario freir en abundante aceite, que las tape por completo.
-Freímos la primera tanda en el aceite "no muy caliente", hasta que estén blandas mas no doradas; las sacamos, escurrimos en papel absorbente y dejamos enfriar un poquito.
- Importantísimo no poner demasiadas papas a la vez, para que el aceite no se enfríe demasiado y mal logre nuestra preparación.
-Con el aceite caliente, las volvemos a freír hasta que estén bien doradas, les ponemos sal a gusto y bueno, después ya saben qué hacer.