El flan es un postre con historia. El cuajado de leche y huevos viene deleitando paladares desde hace cientos de años, cambiando y desarrollándose llegando desde Europa a nuestras cocinas. Hoy en día cada país de América tiene su versión y preferencia. Nuestras madres y abuelas tienen sus recetas y si bien antes era más fácil encontrar flan casero en cualquier casa, aún hoy sigue siendo un preferido.
Flan clásico
Hacer un caramelo con una taza de azúcar y un chorrito de agua a fuego medio hasta que esté bien dorado. Con ese caramelo, acaramelamos una flanera mediana (26-28 cm) o varias chiquitas.
Para hacer el flan, calentamos un litro de leche con una cascarita de limón y esencia de Vainilla Monte Cudine.
Una vez que la leche esté caliente, agregar de a poco y revolviendo, a una mezcla de 5 huevos, 6 yemas y 1 taza de azúcar previamente bien mezclados con un batidor.
Volcar la mezcla en la flanera y cocinar a baño maría en horno medio por unos 50-60 minutos o hasta que al pinchar con la punta de un cuchillo, éste salga limpio.
Desmoldar cuando esté frío y servir con... bueno, esa parte ya la saben.
Flan de leche condensada
Acaramelar una flanera chica o algunos individuales.
En un bowl batir 5 huevos hasta que estén bien mezclados, agregar medio litro de leche, una lata de leche condensada, esencia de Vainilla Monte Cudine y mezclar bien. Poner en la flanera y cocinar como el flan clásico. ¡Cremoso y delicioso! A probarlo también con media taza de coco rallado.