Es un desafío grande el que se nos plantea, pero si aprendemos algunas cositas sobre las carnes, es muy fácil de resolver.
Las carnes son fuente de proteínas, ese es uno de los motivos por el cual las consumimos; pero además contienen grasas, y éstas muchas veces no son recomendadas. En ellas se almacenan los aromas tan característicos de las carnes, ternera, y cerdo, por ejemplo.
Ahora bien, como Nutricionista les recomiendo que saquen las grasas de la carne, pero por otro lado les digo que en la grasa se encuentran los aromas; entonces, ¿cómo hacemos para combinar estas dos cosas?
Lo logramos porque los compuestos aromáticos también se encuentran en los líquidos y aunque se pierda la grasa por el desgrasado natural, los aromas se concentran en la parte líquida. Por eso es importante evitar la evaporación en la cocción.
Si la preparación la realizamos en olla, usaremos la tapa en forma constante y la levantaremos para controlar la preparación
Si es al horno, utilizaremos la luz y la tapa del horno para ver, tratando de abrir lo menos posible.
De esta manera se logra una receta potencialmente más aromática, más tierna, y desde el punto nutricional logramos mantener las vitaminas y minerales de la misma prácticamente que al 100%.
Les recomiendo que se animen a probar estos consejos y seguro sorprenderán a más de un invitado en su mesa.