El descenso de las temperaturas invita a comer platos calientes, pero la suba del gas y la luz, a veces ponen freno al entusiasmo culinario.
Cuatro trucos de cocina para optimizar la eficiencia energética:
1. Tapar las ollas. Cuando preparamos una cazuela o una salsa, es muy importante tapar nuestras ollas. Este sencillo acto permitirá que el calor se acumule con rapidez en su interior y que el contenido comience a hervir en poco tiempo. Una vez alcanzado el punto de ebullición, si seguimos con la olla tapada y bajamos el fuego a la mitad de la potencia, la temperatura se mantendrá por encima de los 100º C y seguirá la cocción de una manera eficiente, en menos tiempo y con menos energía.
2. Utilizar la olla a presión. Si de verdad queremos ahorrar tiempo y dinero en las cocciones largas (como guisos o estofados), lo mejor es sacar a pasear por nuestra cocina a las ollas rápidas. Aunque a veces intimidan sus sonidos y el vapor que expelen, lo cierto es que son grandes aliadas de la economía doméstica. Una vez que se produce la presión dentro de la olla, los elementos que hayamos introducido en ella se cocinan con gran rapidez. A modo de ejemplo, unas legumbres (porotos o lentejas) ya remojadas, cubiertas de agua y acompañadas con las verduras y condimentos que estimemos oportunos, se cocinan en 30 minutos. Todo esto sin renunciar a la textura y al sabor tradicional de las preparaciones.
3. Sustituir el horno por ollas bajas. El horno es, de hecho, el aparato que más energía consume. La buena noticia es que muchas de las recetas que se elaboran en él pueden hacerse de una manera muy similar en ollas bajas con tapa o sartenes con tapa. Si en lugar de calentar el interior de un horno a 200º C para asar solo unas alitas de pollo o un pescado utilizamos una sartén antiadherente con tapa, el resultado será el mismo y habremos consumido menos tiempo y energía. En este caso, lo importante es comenzar la cocción con una temperatura media (para que el alimento no se dore en exceso por fuera y esté crudo por dentro). Cuando comience a cocinarse por el interior, subimos la temperatura para que se dore el exterior, lo que da el característico aspecto de asado.
4. Coordinación: más de un plato cada vez. Un método infalible para ahorrar tiempo y energía es la coordinación. Planificar el menú antes de encender los fuegos, aprovechar el calor y seguir una rutina coordinada es fundamental para evitar derroches. Es más, con un poco de organización es posible elaborar menús sanos, sencillos, ricos y económicos en menos tiempo.
Pongan en práctica estos trucos y luego comparen las facturas de energía, compartirán esta información.