Éste es un delicioso postre de abuela, preparado con boniatos, yemas y merengue. Un dulce simple, hogareño y especial de invierno. Revivamos esta receta, saquémosla del cajón de recuerdos y pongamos nuestro toque especial.
Limpiar bien la piel de 4 boniatos, bien lindos. Hervirlos o asarlos hasta que estén tiernos, pero que no llegue a romperse la piel. Una vez cocidos, abrirlos a la mitad y sacarles casi toda la pulpa, dejando la cáscara como contenedor.
La pulpa la aplastamos con un tenedor y la mezclamos con 1/2 taza de azúcar, puede ser azúcar rubia, 3 yemas de huevo, ralladura de un limón, 1 cucharada de manteca, y alguna especia que les guste, como Canela, Clavo de Olor o Nuez Moscada Monte Cudine.
Hacemos un puré homogéneo, agregamos un puñado de almendras tostadas picadas. Con esta mezcla rellenamos las cáscaras de boniato y llevamos a horno medio durante 10 minutos.
Mientras tanto, batimos las 3 claras a nieve con 1/2 taza de azúcar, hasta que forme picos firmes.
Retiramos los boniatos del horno, cubrimos con el merengue, espolvoreamos con azúcar impalpable y volvemos a llevarlos a un horno fuerte hasta que dore.
Podemos servirlos calentitos o fríos, solos o con salsa de chocolate.