Estos cubitos son un comodín infaltable; gusta a todos, y todos tienen su manera de combinarlo. Son simplemente cubos de queso aderezados y empanados, pero hacen maravillas sobre una suculenta ensalada, en una picada o como acompañamiento de un rico plato.
En casa nos gusta tener algunos en el freezer y cuando estamos con antojo… ¡listo, en dos minutos están prontos!
Para prepararlos cortamos cubos de queso dambo o mozzarella de 3 cm, aproximadamente.
Los salpimentamos y reservamos. Por otro lado, aprontamos un plato con harina, otro con pan rallado y un tercero con huevo batido condimentado con ser Ajil, Orégano, Tomillo Monte Cudine o el condimento de su preferencia.
Los empanamos de a uno, cuidando que queden bien cubiertos de pan rallado. Primero los pasamos por harina, luego por huevo y por último por el pan. Si es necesario volvemos a darle otra pasada por huevo y pan, para asegurarnos de que al momento de freír no se nos escape el queso.
Ahora con mucha paciencia los llevamos al freezer y los dejamos congelar, por eso son ideales para hacer muchos y guardarlos en una bolsa para freezer o envase hermético, prontos para saltar en una sartén y aliviarnos la cena.
Una vez congelados, los vamos a freír en mucho aceite caliente (recuerden: cuanto más aceite haya en la sartén, menos quedará en nuestra comida) hasta que estén dorados y apenas empiecen a querer soltar el queso derretido.
Esperamos un par de minutos y los disfrutamos junto a una riquísima ensalada, un poco de jamón y un jugo recién exprimido. ¡Mmmmm! Deliciosa y nutritiva comida de verano.