Nuestro cuerpo está formado por una gran cantidad de agua que es en parte la responsable de mantener el equilibrio en el interior del cuerpo. Durante el día vamos perdiendo agua por medio de la respiración, la transpiración y los distintos líquidos eliminados. Esta pérdida constante es la que determina como esencial hidratarnos para recuperar el equilibrio y evitar la deshidratación. Nuestro cuerpo es tan inteligente que de iniciarse la deshidratación, desencadena un mecanismo de defensa muy conocido “la sensación de sed”, para avisarnos que estamos en un problema y hacernos conscientes de lo que sucede.
Una persona sana podría sobrevivir algunos días sin alimentos sólidos, pero sin embargo tan sólo viviría un par de días sin hidratarse.
Pero ¿Cuánta agua necesito?
La verdad es que la necesidad exacta de agua para cada persona depende de varios factores, algunos modificables y otros no.Por un lado depende del sexo y la edad de cada uno, por otro, de la cantidad de actividad física que la persona realice durante el día y cuanto líquido pierde en realizarla.
¿Sabías que los hombres tienen mayor cantidad de agua que las mujeres?
Efectivamente ellos tienen más agua en su cuerpo que nosotras, pero también es real que en ambos disminuye el contenido de agua con el paso de los años.
Por ejemplo, una persona sana de 30 años contiene en su cuerpo alrededor de 41 litros de agua y una de 70 años 35 litros.
La clave de todo es que siempre que tengas sed debes saciarla. De todos modos tengamos en cuenta que existe un mínimo y un máximo recomendable y en esta época del año lo ideal es beber al menos 1 litro de agua y un máximo de 2 litros diarios.
Para quienes no tienen el hábito de tomar agua, un buen consejo es comenzar incorporando 1 vaso de agua al inicio de cada una de las 4 comidas. Seguramente y sin darse cuenta se les hará un hábito y sentirán la necesidad cumplida las 2 semanas de esta rutina.
Ahora si te cuesta sentirte lleno después de comer, recuerda tomar agua antes de las comidas y de preferencia no durante ni al terminar, así ayudará a sentir menos hambre durante el día.
Y recuerda que es el agua natural la mejor bebida que puede recibir tu cuerpo.
En este momento podrás estar preguntándote:
¿Debe ser con o sin gas?
En una persona sana, esta decisión está unida al gusto personal, siendo de todos modos recomendable intercalar entre los dos tipos, para prevenir la formación de la famosa “pancita” por el gas y verte más elegante.
Recuerde siempre que estos consejos son referidos a personas saludables, ante cualquier situación particular es importante consultar previamente a su médico.