Etimológicamente, la palabra especias proviene del latín y hace referencia a lo básico, lo esencial.
Desde la prehistoria, las especias han tenido diversos usos y propósitos. Hubo quienes las usaron como moneda de cambio, otros con fines terapéuticos o medicinales, y también se creía que aportaba energía a los seres vivos.
Los romanos, fueron quienes comenzaron a utilizarlas en sus comidas, para darles sabor. Los fenicios, fueron quienes se encargaron de difundir las especias por todo el Mediterráneo, del mismo modo, se realizó un gran intercambio de estos productos en La Ruta de las Américas.
Las especias son productos puramente naturales, los cuales se clasifican según su procedencia. Por ejemplo:
Flores: azafrán y clavo de olor.
Frutos: anís, comino, pimentón, pimienta negra, vainilla.
Hojas: estragón, orégano, romero, tomillo.
Raíces: jengibre.
Corteza: canela.
Semillas: mostaza, nuez moscada, pimienta blanca.
Existen también especias aromatizantes de origen vegetal, cuyo principal objetivo es preservar o sazonar los alimentos. Tanto los aromas como los colores, son característicos de cada pueblo, de cada cultura y de cada gastronomía.
Las especias hacen de nuestras comidas más ricas y saludables.
Lic. Gianella Pedemonte