El verano es la estación del año que generalmente se disfruta más en familia, porque coinciden las vacaciones de los niños. Este año el verano vino acompañado de registros termométricos muy altos y esto provoca que aumente el riesgo de intoxicaciones alimentarias.
Para prevenir las intoxicaciones es importante que se respete la cadena de frio, ya que la baja de temperatura retarda el crecimiento de microorganismos y reduce la incidencia de enfermedades transmitidas por los alimentos.
El clima estival es propicio para el incremento de celebraciones en parrilladas o barbacoas, y muchas veces se olvidan determinadas pautas de higiene, como piletas o heladeras en los lugares de las preparaciones, por eso es importante que desde el momento de la compra se tengan en cuenta algunos aspectos, por ejemplo:
Es importante no olvidar lavarse las manos antes de ingerir alimentos, esta es la manera más sencilla de prevenir enfermedades. Si no contamos con un baño o pileta, debemos utilizar desinfectantes en gel.
Las frutas y verduras se deben lavar con mucha agua apenas se compren y no esperar a limpiarlas en el momento del consumo, puesto que muchas veces las consumimos en otro lugar que no es nuestro hogar y tal vez no contemos con agua potable para su limpieza.
Durante las preparaciones, es importante evitar la llamada “contaminación cruzada”. Para ello se deben separar los alimentos crudos de los cocidos, utilizando diferentes tablas, platos y cubiertos en todo el proceso
Por ejemplo, no se debe cortar pan con un cuchillo con el que se fileteó carne cruda.
Una adecuada cocción es fundamental para minimizar los riesgos alimentarios.